Nadie se desembaraza de un habito o de un vicio tirándolo de una vez por la ventana; hay que sacarlo por la escalera, peldaño a peldaño.
Marck twain
No todos nos comportamos de la misma forma ni reaccionamos igual ante las mismas situaciones. Por ello, es importante que analicemos una serie de factores personales como lo son, el ambiente de la persona, su historia previa o recursos de afrontamientos que tiene, reacciones físicas… y que los tengamos en cuenta a la hora de diseñar y personalizar un tratamiento para una persona.
Por otro lado, aunque es importante conocer el origen de los problemas, en ningún caso la terapia se centrará en el pasado. Es en el presente donde se intenta dotar a las personas de las herramientas y estrategias que permitan resolver sus problemas en la actualidad. Esto hace, por otro lado, que la intervención cognitivo-conductual suela ser breve.
En general, el procedimiento a la hora de trabajar a lo largo de las sesiones consta de las siguientes fases:

- Evaluación: en esta primera fase, lo importante es recoger información relevante sobre el problema por el que se acude a consulta. Se analizan las causas que han podido originar el problema, así como los factores que lo mantienen y las consecuencias que tiene.
- Devolución de información: se devuelve la información a la persona con los resultados obtenidos tras la evaluación y se exponen los objetivos a conseguir y las técnicas que se llevaran a cabo configurando así un plan de tratamiento adecuado y personalizado.
- Intervención: es la fase más importante, aquí el objetivo principal es dotar a la persona de las herramientas necesarias para poder conseguir los objetivos marcados inicialmente. Se le ofrece a la persona una serie de pautas, estrategias, técnicas y habilidades que permitirán que ésta pueda resolver sus problemas y afrontar su situación.
- Prevención de recaídas: en esta fase se prepara a la persona para que pueda hacer frente de manera eficaz y autosuficiente a dificultades futuras que pudieran aparecer y que fueran situaciones de riesgo de manera que pudiesen precipitar una recaída.
- Seguimiento: en último lugar, una vez conseguidos los objetivos propuestos, las sesiones se distancian en el tiempo. El objetivo es consolidar los cambios y las mejoras manteniendo así los resultados.